Una noche, mi hija dijo que quería kimbap. Tenía raíz de bardana guisada y rábano encurtido de antes, así que planeé hacer kimbap. Sin embargo, al ir a prepararlo, ¡me di cuenta de que me había quedado sin huevos! Envié a mi hija a la nevera de abajo a por ellos, y volvió con una caja entera. Estaba haciendo tres rollos de kimbap, así que rompí seis huevos, los freí en tortillas gruesas y preparé el kimbap. Pero sencillamente no había espacio para los huevos restantes en la nevera de abajo.

Después de terminar el delicioso kimbap y limpiar, no podía dejar de pensar en los huevos que tendrían que pasar la noche en la isla de la cocina. Decidí coger un tallo de cebolleta del jardín y preparar rápidamente una sopa de huevo con los huevos sobrantes. Cuando mi hija me preguntó qué estaba haciendo, le dije que estaba haciendo sopa de huevo. Ella preguntó: ‘¿De la nada?’, lo cual era comprensible, ¡ya que podría haber vuelto a poner los huevos en la nevera! Pero la sopa de huevo que hice resultó ser increíblemente deliciosa. Fue una comida sencilla pero satisfactoria. A veces, los ingredientes inesperados pueden dar lugar a los mejores platos. ¿Qué tal si hoy intentas hacer una deliciosa sopa de huevo con tus huevos sobrantes?