Andong, una ciudad del interior lejos de la costa, se hizo famosa por su caballa curada en sal por una excelente razón. En el pasado, transportar caballa fresca era difícil, así que la conservaban con sal. Este proceso no solo reducía el olor a pescado, sino que también resultaba en una carne más firme y sabrosa. La caballa curada de Andong utiliza caballa doméstica, salada en el punto justo para lograr un sabor intenso sin ser excesivamente salada. ¡Encontré una fantástica oferta de 1+1 en el supermercado y compré dos paquetes de inmediato! Asé un paquete esa misma noche para la cena. Para contrarrestar la salinidad inherente y el olor a pescado del pescado curado, lo remojé en agua de arroz mezclada con soju durante unos 30 minutos. Un consejo profesional para asar pescado: mezclar partes iguales de aceite de cocina y aceite de perilla realza el sabor salado y elimina aún más cualquier aroma a pescado. La caballa es rica en DHA y ácidos grasos Omega-3, que son excelentes para la salud cerebral, la prevención de la demencia, la mejora de la concentración y la lucha contra el envejecimiento. Su buena vida útil y su reducido olor a pescado la convierten en un acompañamiento perfecto para el arroz. Un trozo de caballa sobre una cucharada de arroz caliente es una expresión sencilla pero profunda de amor y afecto.