Crujientes Galletas Integrales de Sésamo con Masa Madre
Receta Fácil de Galletas Integrales de Sésamo Caseras con Masa Madre :: Saludables y Deliciosas
Siguiendo nuestras recetas anteriores de galletas de queso y curry con masa madre sobrante, ¡hoy nos adentramos en el delicioso mundo de las galletas de sésamo! He experimentado con aceite en el pasado, pero esta receta realmente brilla cuando se usa mantequilla a temperatura ambiente en lugar de mantequilla derretida u aceite, ya que produce la mejor textura crujiente. ¡Preparemos juntos estas maravillosas y crujientes galletas integrales de sésamo llenas de sabor a nuez!
Ingredientes para las Galletas- 100g de masa madre de cultivo (a temperatura ambiente, sin el frío excesivo)
- 100g de harina de trigo integral
- 50g de harina de almendras
- 25g de semillas de sésamo (tostadas, ajustar al gusto)
- 35g de sirope de arce (maple syrup)
- 60g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente y ablandada
- 1g de sal fina
- Un poco de clara de huevo, para pincelar
- Una pizca de sal gruesa o azúcar turbinado, para espolvorear por encima (opcional)
Instrucciones de preparación
Step 1
En un bol, bate la mantequilla ablandada a temperatura ambiente hasta que esté cremosa, usando unas varillas o una espátula. Añade el sirope de arce y la sal, y mezcla bien. Finalmente, incorpora la masa madre (que debe estar a temperatura ambiente y sin estar fría) y bate hasta que todos los ingredientes estén uniformemente combinados.
Step 2
Agrega la harina de trigo integral tamizada, la harina de almendras y las semillas de sésamo tostadas al bol. Mezcla suavemente con una espátula o con las manos hasta que los ingredientes secos se combinen y empiece a formarse una masa. Evita amasar en exceso; solo quieres que se una en una masa cohesiva.
Step 3
Una vez que la masa se haya unido en una bola, transfiérela a una superficie de trabajo ligeramente enharinada y dale forma suavemente hasta obtener una masa uniforme.
Step 4
Aplana la masa en forma de rectángulo, envuélvela firmemente en film transparente o colócala en una bolsa resellable. Refrigera durante aproximadamente 30 minutos para que la masa se endurezca, lo que facilitará mucho su estirado con el rodillo.
Step 5
Saca la masa enfriada de la nevera. Sobre una superficie ligeramente enharinada, usa un rodillo para estirar la masa hasta obtener un grosor uniforme de aproximadamente 3 mm. Busca una capa delgada y consistente para obtener la máxima crocancia; si la estiras demasiado gruesa, el tiempo de horneado será más largo y la textura menos crujiente.
Step 6
Corta la masa estirada en las formas y tamaños que desees. Las galletas más pequeñas, de tamaño bocado, se hornean más rápido y quedan más crujientes. Puedes usar un cuchillo, un cortador de pizza o cortadores de galletas para este paso.
Step 7
Forra una bandeja de horno con papel de hornear y coloca las piezas de masa cortadas, dejando un pequeño espacio entre ellas. Pincela ligeramente la parte superior de las galletas con clara de huevo. Esto les dará un hermoso color dorado a medida que se hornean.
Step 8
Con un tenedor o un palillo, pincha suavemente la superficie de cada galleta varias veces. Esto evita que se hinchen demasiado y ayuda a conseguir un resultado más crujiente. Si lo deseas, espolvorea ligeramente con sal gruesa o azúcar turbinado. El azúcar turbinado añade un dulzor sutil, mientras que la sal proporciona un toque salado. Dejándolas solas, obtendrás un sabor maravillosamente suave y a nuez.
Step 9
Hornea en un horno precalentado a 180°C (350°F) durante unos 15 minutos, o hasta que las galletas tengan un color dorado intenso y parezcan crujientes. El tiempo de horneado puede variar según el grosor y el tamaño de tus galletas, así que vigílalas. Asegúrate de que estén bien doradas para disfrutar de la máxima crocancia. Una vez horneadas, transfiere las galletas a una rejilla y déjalas enfriar completamente antes de consumirlas.
