Ensalada de Queso Ricotta Casero
Receta Fácil de Queso Ricotta Fresco Casero y Ensalada Refrescante
¡Hoy comparto cómo hacer queso ricotta fresco en casa, una receta que no preparaba hace tiempo! Si bien el yogur griego es maravilloso, el queso ricotta es sorprendentemente fácil de hacer. La maravilla del ricotta casero es su textura personalizable; según el tiempo de drenaje, puedes obtener una suavidad cremosa o una masticabilidad deliciosa. Para la ensalada, he usado las verduras y las fresas que tenía en la nevera, las he cubierto con el ricotta fresco y he añadido un chorrito de glaseado balsámico. El resultado es una #EnsaladaDeQuesoRicotta vibrante y crujiente, perfecta para cualquier comida. Con un poco de práctica, dominarás la elaboración del queso ricotta a tu gusto. Las claves del éxito son seleccionar ingredientes de calidad, controlar el calor y el momento de añadir los elementos ácidos como el jugo de limón.
Ingredientes para el Queso Ricotta- 1000ml de Leche Entera (no usar leche baja en grasa o desnatada)
- 500ml de Nata para montar (crema de leche) (se recomienda 100% grasa láctea)
- 1 tarro de Yogur Natural (opcional)
- 1 cucharadita de Sal
- 4 cucharadas de Jugo de Limón Fresco (o jugo de limón comprado)
Instrucciones de preparación
Step 1
Reunamos los ingredientes para nuestro queso ricotta casero. Es crucial usar leche entera, ya que la leche baja en grasa o desnatada no dará lugar a los cuajos adecuados. Para la nata, elige una con un 100% de grasa láctea para obtener el mejor sabor y textura. El yogur natural es opcional, pero añade un toque ácido agradable y ayuda al proceso de cuajado.
Step 2
Vierte la leche en una olla y deja que repose a temperatura ambiente un rato para que pierda el frío. Añade la nata a la olla. Coloca la olla a fuego medio-bajo y calienta suavemente la mezcla de leche y nata. Evita que hierva a borbotones o uses fuego alto, ya que esto puede hacer que la leche se queme o se separe. El objetivo es calentarla, no hervirla vigorosamente.
Step 3
Sabrás que la leche está lista cuando se forme una fina película en la superficie y comiencen a aparecer pequeñas burbujas en los bordes, subiendo desde el fondo. Reduce inmediatamente el fuego a bajo. Ahora, añade la sal, el yogur natural (si lo usas) y el jugo de limón. Si usas limones frescos, córtalos por la mitad, exprime el jugo y cuélalo a través de un colador fino para eliminar cualquier semilla o pulpa antes de añadirlo. Si no tienes limones frescos, el jugo de limón embotellado funciona, pero ten en cuenta que el jugo embotellado más antiguo puede tener propiedades de cuajado reducidas. ¡El limón fresco siempre es lo mejor!
Step 4
Después de añadir el jugo de limón, remueve suavemente solo dos o tres veces. Empezarás a ver cómo la leche se corta y se agrupa. Resiste la tentación de remover vigorosamente, ya que esto puede romper los cuajos e impedir que se formen correctamente. Continúa cocinando a fuego bajo durante unos 10-15 minutos. Deberías ver cómo la mezcla se espesa y forma cuajos distintos, muy similar a la foto.
Step 5
Una vez que los cuajos se hayan formado bien, coloca un colador fino sobre un bol. Cubre el colador con una tela de queso (o un paño de cocina limpio y fino). Vierte con cuidado la mezcla caliente de cuajos y suero en el colador forrado con la tela. Deja que el líquido de suero drene durante aproximadamente 1 hora.
Step 6
Después de la hora inicial de drenaje, junta los bordes de la tela de queso, formando un paquete. Átalo de forma segura y déjalo escurrir durante otras 3 a 5 horas. Este tiempo de drenaje te dará un ricotta cremoso y suave. Para una textura más firme y elástica, prolonga el tiempo de drenaje. ¡No deseches el suero! Está lleno de nutrientes y puedes usarlo para hacer un delicioso Lassi, o incluso como un enjuague calmante para tu piel.
Step 7
Una vez que la mayor parte del suero se haya drenado, da forma al ricotta en una bola redonda dentro de la tela. Coloca el paquete en un recipiente hermético y refrigera durante 2 a 6 horas adicionales. Este paso ayuda a drenar más suero y permite que el queso se endurezca hasta la consistencia deseada. Ajusta el tiempo según si prefieres un ricotta más suave o más firme.
Step 8
En mi caso, accidentalmente lo dejé escurriendo durante unas 10 horas, lo que dio como resultado un ricotta maravillosamente firme y elástico. Si bien disfruto de la textura suave, ¡esta versión ligeramente más firme es absolutamente deliciosa! La belleza de hacerlo tú mismo es la capacidad de adaptar perfectamente la textura a tus preferencias.
Step 9
Para servir, coloca el queso ricotta en un plato. He añadido una ramita de menta (hierbabuena) para darle un toque elegante. ¡Mira qué bonito ha quedado, perfectamente redondo y maravillosamente blanco!
Step 10
Para conservar el queso ricotta casero: guárdalo en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por una semana. Para obtener mejores resultados, guárdalo en la parte trasera del refrigerador, donde la temperatura es más estable que en la puerta. Si necesitas conservarlo por más tiempo, puedes dividirlo en porciones y congelarlo, aunque la congelación puede alterar ligeramente la textura. ¡Es mejor disfrutarlo fresco!
Step 11
¿Por qué no intentar hacer este queso ricotta fresco este fin de semana para un delicioso brunch? Es fantástico en ensaladas o untado en tostadas. Es muy fácil y delicioso de hacer en casa sin complicaciones. ¡Inténtalo y disfruta!
Step 12
El sabor rico, limpio y sutil, combinado con esa textura elástica perfecta, es realmente delicioso. Si prefieres un ricotta más suave, apunta a unas 5 horas de drenaje, en lugar del tiempo más prolongado que elegí. Lo he hecho muchas veces, pero esta es la primera vez que comparto la receta en detalle. ¡Disfruta!