Step 1

Selecciona tomates que se sientan firmes al tacto pero que estén completamente maduros y de un color rojo vibrante. Aunque los tomates son deliciosos crudos, licuarlos con frutos secos como estos potencia su valor nutricional y perfil de sabor.

Step 2

Lava bien los tomates, retira los tallos y córtalos en trozos manejables antes de colocarlos en la licuadora.

Step 3

Asegura bien la tapa de la licuadora y licúa hasta obtener una consistencia suave.

*Consejo: Para una bebida extra refrescante, añade unos cubitos de hielo junto con los tomates antes de licuar. Esto creará una bebida maravillosamente fría y vigorizante.
*Consejo: Si disfrutas de un poco de textura, licúa por un tiempo más corto. Si prefieres una consistencia perfectamente suave, licúa hasta que esté completamente líquido.

Step 4

Vierte los 50cc de agua fría o la botella entera de yogur natural en la mezcla de tomate licuado. Añade 1 cucharada de miel para un toque de dulzor.

*Nota Importante: Al mezclar la miel, utiliza una cuchara de madera o plástico en lugar de una de metal. Esto ayuda a preservar los nutrientes beneficiosos de la miel.

Step 5

Vierte el jugo de tomate terminado en tu vaso favorito. Espolvorea una pequeña cantidad de almendras fileteadas por encima como adorno. Este jugo combina maravillosamente con pasteles de arroz glutinoso (tteok) como un refrigerio saludable y satisfactorio para los niños.

Step 6

¿Te sientes sin inspiración o agotado? Un vaso grande de este jugo de tomate fresco y frío es el impulso perfecto. ¡Es una forma fantástica de mejorar tu salud y satisfacer tu paladar al mismo tiempo!