Mini Galletas con Chispas de Chocolate: Pequeñas Delicias Crujientes
Mini Galletas con Chispas de Chocolate, perfectas para un bocado dulce
¡Descubre el placer crujiente y el dulce sabor del chocolate derretido con estas irresistibles mini galletas de chispas de chocolate! Son pequeñas, pero llenas de sabor y perfectas para cualquier momento.
Ingredientes (aproximadamente 57 galletas)- 135g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 55g de azúcar granulada
- 60g de azúcar mascabado (o azúcar moreno claro)
- 1 huevo grande, a temperatura ambiente
- 215g de harina de repostería (o harina de trigo común baja en proteína)
- 2g de sal
- 2g de polvo de hornear (levadura química)
- 2g de bicarbonato de sodio
- 8g de maicena (almidón de maíz)
- 150g de mini chispas de chocolate
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, asegúrate de que la mantequilla sin sal esté a temperatura ambiente, blanda al tacto pero sin estar derretida. Coloca la mantequilla ablandada en un bol y usa una espátula o batidor de mano para cremarla hasta que esté suave y sin grumos.
Step 2
Una vez que la mantequilla esté cremosa, añade el azúcar granulada y el azúcar mascabado al bol. Mezcla bien con la espátula hasta que los azúcares se incorporen uniformemente a la mantequilla. No te preocupes si los cristales de azúcar no se disuelven por completo en este punto; se disolverán gradualmente durante el proceso de cremado.
Step 3
Continúa batiendo la mezcla de mantequilla y azúcar hasta que adquiera una consistencia ligera y esponjosa. Esto indica que los azúcares han comenzado a disolverse e integrarse en la mantequilla.
Step 4
Agrega el huevo (a temperatura ambiente) al bol en dos o tres tandas, mezclando vigorosamente con la espátula después de cada adición. Asegúrate de que el huevo esté completamente emulsionado con la mezcla de mantequilla antes de añadir la siguiente porción. Si la mezcla parece cortada o separada, añade un poco más de huevo y bate con fuerza, o calienta suavemente el bol al baño maría para ayudar a que se unifique.
Step 5
Cuando el huevo se haya incorporado por completo y la mezcla esté suave y homogénea, procede al siguiente paso.
Step 6
En otro bol, tamiza la harina de repostería (215g), la maicena (8g), el polvo de hornear (2g), el bicarbonato de sodio (2g) y la sal (2g) directamente sobre la mezcla cremada de mantequilla y huevo. Tamizar los ingredientes secos asegura una distribución uniforme y ayuda a obtener galletas más ligeras. Con la espátula, incorpora suavemente los ingredientes secos a los húmedos, haciendo movimientos de corte desde el fondo hacia arriba. Mezcla solo hasta que no queden rastros de harina seca, teniendo cuidado de no sobre mezclar, ya que esto puede hacer que las galletas queden duras.
Step 7
Cuando aún veas algunos rastros de harina, añade las mini chispas de chocolate (150g) a la masa. Las chispas de chocolate son esenciales para el dulce sabor y la textura de las galletas.
Step 8
Con la espátula, incorpora suavemente las chispas de chocolate a la masa hasta que estén distribuidas de manera uniforme. Una vez combinadas, envuelve la masa firmemente en papel film y refrigera por al menos 1 hora. Refrigerar la masa la hará más firme y fácil de manejar, evitará que las galletas se extiendan demasiado al hornearse y resultará en una forma más bonita.
Step 9
Después de refrigerar, saca la masa y forma una bola cohesiva. Usando una cucharadita o una cuchara pequeña para helados, porciona unos 10-13g de masa para cada galleta y forma bolitas. Colócalas en una bandeja para hornear forrada con papel de hornear, dejando suficiente espacio entre ellas. Precalienta tu horno a 180°C (350°F), luego reduce la temperatura a 160°C (320°F) y hornea durante aproximadamente 12-13 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen completamente. Para guardarlas, coloca las galletas frías en un recipiente hermético con un paquete de gel de sílice para absorber la humedad, y guárdalas a temperatura ambiente. Si planeas conservarlas por más tiempo, considera congelarlas en porciones individuales para disfrutarlas más tarde.
