Pizza de Calabaza Dulce sin Horno
Pizza fácil de calabaza dulce cortada en juliana – ¡Solo hay que cocinarla a la sartén! Receta sencilla
¿Te preguntas qué hacer con tu calabaza dulce? ¡Esta pizza, hecha con ingredientes sencillos, se puede preparar sin horno! Aunque se parece a un gran panqueque salado, la combinación de calabaza dulce y queso salado es absolutamente divina. Perfecta como bocadillo para niños o como un plato especial.
Ingredientes Principales- 1/4 de calabaza dulce pequeña
- 2 cucharadas de harina
- 1 huevo
- Aceite de cocina, para freír
Instrucciones de preparación
Step 1
Lava bien la calabaza dulce. Retira las semillas y pélala. Puedes dejar la cáscara si lo prefieres, pero yo la retiré para una textura más suave. Luego, corta la calabaza en juliana fina. Coloca la calabaza en juliana en un bol y añade 2 cucharadas de harina. La harina ayudará a unir la calabaza cortada, actuando como una masa.
Step 2
Casca 1 huevo en el bol con la calabaza en juliana y la harina. Espolvoréalo uniformemente sobre la mezcla.
Step 3
Usando una espátula o cuchara, mezcla todo bien hasta que la calabaza en juliana, la harina y el huevo estén combinados de manera uniforme. Si la mezcla parece demasiado espesa, puedes añadir un poco más de huevo.
Step 4
Calienta una sartén a fuego medio-bajo y añade una cantidad generosa de aceite de cocina. Coge aproximadamente un cucharón de la mezcla de calabaza dulce y viértelo en la sartén. Extiéndelo uniformemente para formar una forma redonda, similar a como harías un panqueque.
Step 5
Una vez que los bordes comiencen a dorarse, dale la vuelta a la pizza con cuidado usando una espátula. Cocínala a fuego bajo, asegurándote de que ambos lados queden dorados y bien cocidos. Ten cuidado con el calor para evitar que se queme.
Step 6
Después de que un lado esté cocido, espolvorea generosamente 1 taza de queso mozzarella rallado por encima. Una vez añadido el queso, tapa la sartén con una tapa y cocina a fuego muy bajo hasta que el queso se derrita completamente y esté pegajoso. Si usas una vitrocerámica, el calor residual puede ser suficiente para derretir el queso. Cuando el queso esté derretido y ligeramente dorado, ¡tu pizza estará lista! Para un toque extra, puedes rociar un poco de sirope o miel por encima para un final dulce.
