Queso en Polvo Casero (Con Rebanadas de Cheddar)
¡Cero Aditivos! Haz tu Propio Queso en Polvo Saludable y Delicioso en Lugar del Artificial
¿Tienes muchas rebanadas de queso cheddar que no terminas? Hoy te enseño a preparar un queso en polvo casero muy versátil, ideal tanto para repostería como para el día a día. Aunque no tendrá el color ni el aroma intenso de los quesos artificiales comerciales, esta versión casera te permitirá disfrutar plenamente del sabor natural del queso, sin preocuparte por aditivos o colorantes. Es fantástico espolvoreado sobre ensaladas, pastas o salteados, de forma similar a como usarías queso parmesano rallado. Pronto publicaré una receta de galletas tipo butter cookies hechas con este queso en polvo, ¡así que estate atento! ¿Preparamos juntos este queso en polvo tan práctico y delicioso?
Ingredientes- Rebanadas de queso cheddar, cantidad necesaria (aprox. 3 paquetes, de 4 cm de grosor)
- Maicena (almidón de maíz), 2-3 cucharaditas
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, corta las rebanadas de queso cheddar en trozos del tamaño adecuado para deshidratar. Yo corté cada rebanada en 9 partes iguales. Coloca los trozos de queso en las bandejas de tu deshidratador, asegurándote de que no se superpongan. No pesé el queso, pero utilicé aproximadamente tres paquetes de 4 cm de grosor.
Step 2
Deshidrata a una temperatura de 45-55°C (113-131°F) durante unas 10 horas. El tiempo de secado puede variar según tu deshidratador. El queso debe estar lo suficientemente duro como para desmenuzarse fácilmente al tacto. El queso bien deshidratado puede sentirse ligeramente aceitoso. Para eliminar el exceso de grasa, forra una bandeja grande con papel de cocina, coloca el queso deshidratado encima, cúbrelo con otra capa de papel de cocina y luego pon un objeto pesado (como una olla o libros) encima durante 3-4 horas. Esto ayudará a que el papel absorba el aceite.
Step 3
Ahora, es el momento de triturar el queso seco y desgrasado hasta obtener un polvo fino, usando una licuadora o un procesador de alimentos. Un consejo útil: añade 1 cucharadita de maicena cada vez que tritures el queso. Esto evita que el queso se apelmace o se pegue a las cuchillas debido a su contenido de aceite, asegurando un polvo mucho más fino. Yo tengo una licuadora pequeña, así que trituré el queso en tres tandas, añadiendo maicena a cada una. Guarda el queso en polvo resultante en un recipiente hermético y consérvalo en el congelador para que se mantenga fresco por más tiempo. ¡Tu delicioso queso en polvo casero está listo!