Tortitas Crujientes de Sésamo y Tortilla
¡Una Explosión de Sabor Tostado! Prepara Crujientes de Sésamo con Tortillas Fácilmente
¡El pináculo del sabor tostado! Unta sirope de maíz y una generosa cantidad de semillas de sésamo y sésamo negro sobre una tortilla crujiente y hornea para obtener un snack irresistiblemente adictivo. Esta receta súper sencilla es perfecta como merienda para niños o como un delicioso acompañamiento para la cerveza de los adultos.
Ingredientes Principales- 2 Tortillas
- 4 cdas. de Semillas de Sésamo
- 4 cdas. de Semillas de Sésamo Negro
- 2 cdas. de Sirope de Maíz (Oligodang)
- Una pizca de Sal
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, prepara las semillas de sésamo y sésamo negro que añadirán un sabor tostado. Usa una licuadora o procesador de alimentos para combinar ambos tipos de semillas enteras y procésalas unas cuantas veces. La clave es molerlas de forma gruesa, dejando algo de textura en lugar de hacer un polvo fino.
Step 2
En un bol, coloca las semillas molidas. Añade 2 cucharadas de sirope de maíz para darle dulzor y una pizca de sal para realzar el sabor, luego mezcla bien. Si el sirope está muy espeso, puedes calentarlo suavemente en el microondas durante unos 10 segundos para que sea más fácil de mezclar.
Step 3
Ahora, prepara las tortillas. Extiende una tortilla sobre una superficie limpia. Unta la mezcla de semillas del paso 2 de manera uniforme sobre la mitad de la tortilla. Es importante untarla de manera pareja y no demasiado gruesa. Dobla la otra mitad de la tortilla sobre el lado untado para formar una media luna.
Step 4
Calienta una sartén a fuego medio-bajo. Coloca la tortilla cubierta en la sartén seca, sin aceite. Cocina, volteándola ocasionalmente, hasta que ambos lados estén dorados y tostados. Vigila el fuego para evitar que se queme. Pronto olerás el maravillosamente tostado aroma mientras la tortilla se vuelve crujiente.
Step 5
Una vez bien horneadas, retira las tortitas de sésamo de la sartén y déjalas enfriar un poco. Antes de que se enfríen por completo, córtalas en trozos del tamaño de un bocado, de aproximadamente 1 cm de ancho. Escucha el satisfactorio crujido al romperse. También puedes cortarlas en tiras más largas si lo prefieres.