Biscotti Aromáticos de Yuzu
Cómo hacer biscotti de yuzu caseros: deliciosos y fragantes
Prepara estos deliciosos y crujientes biscotti, ¡perfectos para acompañar tu té! Disfruta de su maravillosa fragancia y su satisfactoriente textura.
Ingredientes
- 180 g de harina de repostería
- 50 g de aceite de semilla de uva
- 30 g de azúcar (se puede usar una mezcla de azúcar blanco y moreno)
- 1 huevo grande
- 50 g de trozos de cáscara de yuzu confitada
- 10 g de levadura en polvo (polvo de hornear)
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, en un bol, casca un huevo grande y bátelo bien con un tenedor o unas varillas hasta que esté completamente mezclado. Una vez batido el huevo, añade el azúcar y remueve hasta que se disuelva en la mezcla de huevo. Mezclar bien el azúcar contribuirá a una mejor textura en los biscotti finales.
Step 2
El color de tu masa puede variar según el tipo de azúcar que utilices (por ejemplo, usar azúcar moreno dará un tono más oscuro). Una vez que el azúcar esté bien incorporado, añade los trozos de cáscara de yuzu confitada. Estos trozos infusionarán tus biscotti con una deliciosa y sutil fragancia a yuzu.
Step 3
En otro bol, tamiza la harina de repostería junto con la levadura en polvo. Agrega los ingredientes secos tamizados a la mezcla de ingredientes húmedos. Con una espátula, mezcla los ingredientes suavemente con un movimiento de ‘corte’ o de plegado hasta que estén justo combinados. Ten cuidado de no mezclar en exceso, ya que esto puede desarrollar el gluten y endurecer los biscotti. Mezcla solo hasta que no queden restos de harina seca.
Step 4
Da forma a la masa en rollos largos sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Hornea en un horno precalentado a 180°C (350°F) durante unos 13 minutos para la primera cocción. Esta cocción inicial ayuda a que los rollos tomen forma y se endurezcan ligeramente por fuera.
Step 5
Saca los rollos horneados del horno y déjalos enfriar un poco hasta que estén tibios al tacto, pero no calientes. Una vez lo suficientemente fríos para manipularlos, córtalos en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Coloca las rodajas con el lado cortado hacia abajo en la bandeja de horno. Vuelve a meterlos en el horno, bajando la temperatura a 170°C (340°F), y hornea durante 15-20 minutos adicionales, dándoles la vuelta a mitad de cocción, hasta que estén dorados y crujientes. Deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de guardarlos en un recipiente hermético para mantener su máxima textura crujiente.
