Galletas Cremosas de Leche Condensada
¡Galletas de Leche Condensada que se derriten en la boca! Receta Fácil sin Huevo
Descubre la magia de estas galletas de leche condensada increíblemente suaves, ¡hechas completamente sin huevos! Su textura que se derrite en la boca y su sabor dulce y cremoso son absolutamente irresistibles. Esta sencilla receta de repostería sin huevo es perfecta para crear deliciosos bocados caseros.
Ingredientes para Galletas de Leche Condensada (Rinde aprox. 12-13 galletas con un cortador de 6cm)
- 35g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente (blanda)
- 18g de azúcar glas (azúcar impalpable)
- Una pizca de sal para realzar el sabor
- 40g de leche condensada azucarada
- 90g de harina de trigo común (todo uso), tamizada
- Un poco de harina común adicional para espolvorear
Instrucciones de preparación
Step 1
Comienza preparando la mantequilla, un primer paso crucial para cualquier repostería. Asegúrate de que la mantequilla esté a temperatura ambiente, blanda y cremosa. Colócala en un bol y bátela con unas varillas o una espátula hasta que alcance una consistencia suave y esponjosa. Esto ayudará a que todos los ingredientes se mezclen maravillosamente para obtener una galleta tierna.
Step 2
Una vez que la mantequilla esté bien cremosa, añade el azúcar glas y la pizca de sal. Tamizar el azúcar glas previamente evitará grumos y asegurará una textura más uniforme. Mezcla suavemente con las varillas. Cuando estén casi combinados, vierte la leche condensada azucarada, que aportará su dulzura característica y humedad a las galletas. Mezcla de nuevo hasta que todo esté bien incorporado y la mezcla sea homogénea.
Step 3
Ahora es el momento de añadir la harina de trigo, que dará estructura a las galletas. Tamiza la harina al menos dos veces para asegurarte de que esté ligera y aireada. Añade la harina tamizada al bol. Usando una espátula o raspador, ‘corta’ suavemente la harina en los ingredientes húmedos. Mezcla solo hasta que no queden vetas de harina seca y la masa comience a unirse en una bola cohesiva. Ten cuidado de no mezclar en exceso, ya que esto puede resultar en galletas duras.
Step 4
Transfiere la masa a un trozo grande de film transparente o a una bolsa de plástico resellable. Extiende la masa hasta un grosor uniforme de aproximadamente 3-4 mm usando un rodillo. Un grosor uniforme es clave para una cocción consistente. Una vez extendida, envuelve la masa firmemente (o sella la bolsa) y refrigera durante al menos 30 minutos a 1 hora. Enfriar la masa la hace mucho más fácil de manejar y ayuda a que las galletas mantengan su forma durante la cocción.
Step 5
Después de que la masa se haya enfriado lo suficiente, es hora de dar forma a las galletas. Espolvorea ligeramente tu superficie de trabajo con un poco de harina común. Coloca la masa enfriada sobre la superficie enharinada y extiéndela suavemente un poco más si es necesario. Si la masa se siente demasiado pegajosa o difícil de manejar, no dudes en usar un poco más de harina para espolvorear. Utiliza tus cortadores de galletas favoritos para cortar formas de la masa. Reúne los recortes, vuelve a extenderlos suavemente y corta más galletas hasta que se haya utilizado toda la masa.
Step 6
Forra una bandeja para hornear con papel de hornear o una esterilla de silicona. Coloca las galletas cortadas en la bandeja preparada, dejando un pequeño espacio entre ellas. Precalienta tu horno a 170°C (340°F). Hornea durante 7 a 9 minutos. Ten en cuenta que las temperaturas del horno pueden variar, así que vigila las galletas de cerca. Están listas cuando adquieren un delicado color dorado. El tiempo de horneado puede variar entre 7 y 12 minutos según tu horno.
Step 7
Retira con cuidado la bandeja para hornear del horno. Deja reposar las galletas sobre la bandeja caliente durante aproximadamente 1 a 2 minutos. Este breve período de reposo las ayuda a firmarse ligeramente y facilita su transferencia sin que se rompan.
Step 8
A continuación, transfiere con cuidado las galletas a una rejilla de enfriamiento. Deja que se enfríen completamente. La paciencia es clave aquí: ¡las galletas completamente frías tendrán la mejor textura crujiente! Ten mucho cuidado, ya que todavía estarán bastante calientes.
Step 9
¡Listo! Tus deliciosas galletas de leche condensada que se derriten en la boca están listas para ser disfrutadas. Acompáñalas con tu bebida favorita para una deliciosa hora del té o un dulce capricho de la tarde. ♡
