Puerros a la Parrilla con Salsa Romesco Espectacular
Receta de Puerros a la Parrilla Estilo Español con Salsa Romesco Deliciosa
Al pelar la capa exterior perfectamente chamuscada de los puerros a la parrilla, descubrirás un interior humeante y blanco como la nieve. Dar un bocado a esta tierna dulzura es como probar el ‘Umpa’, una dulzura natural e inherente que se encuentra en las verduras. No es un sabor dulce artificial azucarado, sino una esencia pura y suculenta que estalla con el sabor aromático del puerro, llenando tu boca de deleite.
Ingredientes Principales
- 1 manojo de puerros frescos (enfocándose en las partes blancas y verde claro)
Salsa Romesco
- 1 pimiento morrón rojo (pimiento)
- 1/2 taza de almendras blanqueadas
- 1/2 taza de aceite de oliva extra virgen
- 1/2 taza de queso parmesano rallado
- 1/3 cucharada de sal gruesa
- 6-7 dientes de ajo fresco
- Pizca de pimienta negra recién molida
- 1 pimiento morrón rojo (pimiento)
- 1/2 taza de almendras blanqueadas
- 1/2 taza de aceite de oliva extra virgen
- 1/2 taza de queso parmesano rallado
- 1/3 cucharada de sal gruesa
- 6-7 dientes de ajo fresco
- Pizca de pimienta negra recién molida
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, utilizaremos las partes blancas de los puerros, donde se concentra la mayor dulzura. Recorta las hojas exteriores duras y corta las secciones blancas y verde claro en longitudes de aproximadamente 5-7 cm (2-3 pulgadas). Las partes verdes oscuras y frondosas pueden ser menos tiernas, así que usar principalmente las partes blancas dará como resultado un plato a la parrilla más delicioso.
Step 2
Precalienta tu parrilla a su máxima potencia y coloca la rejilla sobre fuego bajo. Coloca los puerros preparados en la rejilla y ásalos hasta que las capas exteriores estén completamente chamuscadas, casi quemadas. Este proceso tomará al menos 25 minutos. Cubrir la parrilla puede ayudar a que se cocinen suavemente por dentro. Quemar el exterior es clave para lograr un interior tierno y dulce.
Step 3
Ahora, vamos a tostar las almendras para realzar su sabor a nuez para la salsa Romesco. Calienta una sartén seca a fuego medio-bajo y añade las almendras. Tuéstalas, removiendo frecuentemente, hasta que estén doradas y fragantes. Ten cuidado de no quemarlas. Una vez tostadas, retíralas del fuego y deja que se enfríen por completo. Enfriarlas asegura una pasta más suave al licuar.
Step 4
El otro ingrediente esencial para la salsa Romesco es el pimiento morrón rojo. Coloca el pimiento en una parrilla caliente a fuego medio o en una sartén y ásalo hasta que la piel esté ennegrecida por completo. Cuanto más chamuscada esté la piel, más dulce y tierna será la pulpa del pimiento, añadiendo una maravillosa profundidad ahumada a la salsa.
Step 5
Una vez que el pimiento esté bien chamuscado, es hora de quitarle la piel. Puedes hacerlo fácilmente con las manos; sumergir el pimiento en agua fría por un momento puede facilitar el pelado. Después de quitar la piel ennegrecida, enjuaga el pimiento bajo agua corriente, retira las semillas y el corazón, y lávalo bien.
Step 6
¡Ahora, la deliciosa salsa Romesco! Combina en una licuadora las almendras tostadas y enfriadas, el pimiento asado preparado, el aceite de oliva, el queso parmesano rallado, la sal gruesa, los dientes de ajo y la pimienta negra. Licúa hasta obtener una consistencia suave y finamente triturada. Ajusta el aceite si es necesario para alcanzar la textura deseada. ¡Tu salsa Romesco, rica y sabrosa, está lista!
Step 7
Volvamos a revisar nuestros puerros a la parrilla. Puedes ver que el exterior se está poniendo bien negro, ¿verdad? Continúa asándolos un poco más para asegurar que las capas exteriores se vuelvan extra crujientes y desarrollen un sabor más profundo. Conseguir ese efecto chamuscado es crucial.
Step 8
Cuando los puerros estén suficientemente asados, pela con cuidado la capa exterior chamuscada mientras aún están calientes. Al pelar la capa quemada, notarás que jugos dulces y jugosos comienzan a salir del puerro.
Step 9
¡Voilà! Escondido debajo de esa capa exterior chamuscada se encuentra el hermoso, blanco e increíblemente húmedo interior del puerro, rebosante de dulzura natural. Sumerge este puerro perfectamente asado en la salsa Romesco que acabas de hacer, y experimentarás una combinación de sabores verdaderamente espectacular. ¡Aquí es donde ocurre la magia culinaria!